Ayer fui a ver "Precious" y estuve un buen rato hablando con mi acompañante sobre las poquísimas películas que se estrenan en la que los papeles protagonistas sean femeninos. Una cantidad ridículamente pequeña. Ya no digamos películas protagonizadas por mujeres de raza negra con obesidad mórbida. También estuvimos hablando de que a las actrices no se les permite envejecer ante las cámaras, trabajando y haciendo películas. Muy pocas actrices tienen ese privilegio. Por cada Helen Mirren hay cincuenta Clint Eastwoods.
Bien, al llegar a casa abrí la revista que estoy leyendo esta semana (Cahiers du cinéma #28) y me encuentro un interesantísimo artículo acerca del sustrato sexista presente en las pelis de Judd Apatow, en el que se menciona el "test de Bechdel", inventado por la autora de comics Alison Bechdel (buscad "Fun House", si no la habeis leído aún), que evalúa las películas en función de estas reglas (ver tira de comic más arriba): tener al menos (1) dos personajes femeninos, (2) que hablen entre sí, y (3) que la conversación verse sobre un tema que no sean los hombres. "Precious" desde luego que pasa el test, porque aparte del personaje interpretado por Lenny Kravitz, no existe virtualmente ningún otro personaje masculino en la película que tenga líneas de diálogo, pero la grandísima mayoría de films que se estrenan (los de Apatow, por ejemplo) no cumplen esta sencilla regla. Mmhm.