Peter Jefferies



Peter Jefferies
"The Last Great Challenge In A Dull World"
(Xpressway, 1990)

Es curioso cómo la música desata nuestra imaginación. Cuando de pequeño descubrí la maravillosa música de Brian Wilson y sus Beach Boys en mi cabeza construí una imagen totalmente idealizada de las playas de California y todo el lifestyle asociado (la película "El Gran Miércoles" también contribuyó lo suyo). Algo parecido me está sucediendo últimamente con Nueva Zelanda. La escucha compulsiva y reiterada de bandas como Peter Jefferies, The Dead C, The Clean (David Kilgour, Stephen o Great Unwashed, da igual), The Terminals, Chris Knox y los Tall Dwarfs, Alastair Galbraith, The Chills, The Verlaines y muchas otras que tienen una pinta genial pero que no puedo escuchar porque el día tiene 24 horas y uno tiene que comer y andar haciendo recados. Sellos como Flying Nun, Xpressway, Corpus Hermeticum. Ciudades que adquieren cualidades cuasi-mitológicas: Dunedin (población: 121.000 habitantes, tócate los cojones). Porque la mayoría de estos grupos vienen de la ciudad de Dunedin, la jodida "escena de Dunedin" que me trae de cabeza.
¿Por qué demonios tiene que haber TANTOS grupos interesantes en una sola ciudad? ¿Cómo pueden surgir personajes tan genuinos y reales y con cosas interesantes que decir como Chris Knox o Bruce Russell de un país que apenas supera los cuatro millones de habitantes? Argh!
Poco a poco. Serenémonos.
Peter Jefferies tuvo dos grupos (de los que hablaremos con detenimiento en posteriores entradas) antes de publicar su primer disco en solitario, "The Last Great Challenge In A Dull World", que fue publicado directamente en cassette por Bruce Russell (The Dead C) en su sello Xpressway. A mediados de los 90 un sello de Chicago llamado Ajax padeció un ataque de obsesión-compulsión parecido al que estoy atravesando ahora y se decidió a reeditar parte de lo que había ido saliendo del subsuelo dunediniano, entre ellos los discos de Jefferies.
En su opera prima Jefferies se rodeó de un montón de músicos de la escena Flying Nun/Xpressway pero el resultado no es el típico aquelarre colectivo sin pies ni cabeza sinó que mantiene una cohesión estilística personal a lo largo de todo el LP. Un LP que es una obra maestra, qué os voy a contar. Todas las canciones transmiten ese aire ligeramente experimental que es característico en toda esta escena: collage sonoro ("Domesticia"), canciones que parecen grabadas con una tostadora (cuatro pistas al poder), pianos y guitarras llenos de polvo y un tono general sombrío y emocional ("moody" en inglés). Canciones majestuosas y solemnes como "On An Unknown Beach".
Dunedin!

Jefferies