Slowdive "Pygmalion" (Creation, 1995)



Slowdive
"Pygmalion"
(Creation, 1995)

Podríamos hablar de "Just For A Day" (Creation, 1991) o de "Souvlaki" (Creation, 1993), pero no, el disco que hay que escuchar de Slowdive, el que escucharán mis nietos cuando les duelan los pies y quieran ponerse los auriculares y notar cómo se les erizan los pelos del cogote es "Pygmalion" (Creation, 1995). Este disco está firmado por Slowdive, pero básicamente es obra de Neil Halstead casi exclusivamente en solitario. El grupo se hallaba en su última fase de descomposición y Halstead echó un pulso con Creation al arriesgarse con este LP atmosférico en el que las texturas y el shoegaze psicodélico pasan por encima de las canciones en formato más o menos tradicional, que supongo que es lo que esperaban en Creation. Halstead sabía que el grupo se iba a la mierda y que de todas maneras no podría entregar el disco que Creation esperaba así que decidió tirar por el medio y como resultado le salió una obra maestra del shoegaze (llámalo shoegaze, llámalo psicodelia bajonera) por la que no ha pasado el tiempo. En su momento "Pygmalion" no fue un disco muy bien recibido que dijéramos pero el paso del tiempo -como decíamos- ha situado a este LP en el lugar que se merece, al lado de "Loveless" de My Bloody Valentine o de "Hex" de Bark Psychosis.
Los diez minutos que abren el disco ("Rutti") ya suponen una potente declaración de principios: ambientes abstractos, delays y mucho espacio por el que grabitar parsimoniosamente. En primeras escuchas las canciones parece que simplemente no existan pero a medida que te familiarizas con el sonido del disco vas descubriendo que sí que las hay ("Crazy For You", por ejemplo) y que no es un mero ejercicio de estilo.
Obra de culto.

Slowdive

Shackleton "Fabric 55" (Fabric, 2011)


Shackleton
"Fabric 55"
(Fabric, 2011)

Sam Shackleton es uno de mis productores de electrónica favoritos de todos los tiempos. Hace unos años formó con Applebim uno de los proyectos (Skull Disco) que ayudarían a sentar las bases de ese gran cuerpo extraño conocido como Dubstep. Más tarde publicó "Three EPs" que significaban un nuevo avance respecto a lo que había hecho y que al mismo tiempo se alejaba del Dubstep que se estaba haciendo por aquel entonces. Y con esta sesión para la serie de Fabric nos volvió a dejar mandidifusos con una hora de selección de temas propios (de sus recientes maxis para Honest Jons, temas antiguos de Skull Disco, pero la gran mayoría inéditos) que de nuevo le confirman como uno de los productores más personales e innovadores de la escena electrónica. Algunas de las señas de identidad que han hecho grande a Shackleton (uso de efectos de percusión oriental, bajos de rítmica impredecible, atmósfera tensa que nunca se acaba de liberar) se encuentran aquí pero el bueno de Sam nos da mucho más. Lo lleva todo unos metros más arriba, dejándolo todo en un excitante nuevo lugar en el que no hay nadie más ahora mismo. Una sesión que ya se ha definido como legendaria y que supone un punto y aparte dentro de cualquier escena.

Shackleton 55 (Reup)

Aquí podeis leer una entrevista bastante interesante


Human Bell "Human Bell" (Thrill Jockey, 2008)



Human Bell
"Human Bell"
(Thrill Jockey, 2008)

David Heumann y Nathan Bell son dos músicos de Baltimore que han acompañado a otros artistas de la zona (Bonne Prince Billy, Arbouretum, Papa M) a lo largo de los últimos quince años. Nathan Bell quizá es el más conocido de los dos porque tocó el bajo en Lungfish desde 1996 hasta el 2003. A principios de la década del los '00 ambos empezaron a tocar juntos piezas instrumentales centradas en la guitarra y el banjo y en el 2008 publicaron este fantástico disco en Thrill Jockey.
El LP refleja dos estilos de tocar la guitarra que se complementan perfectamente y ofrecen un expresivo conjunto que aporta una nueva visión a la música de raíces norteamericana, blues, folk, experimental.. Mientras Bell elabora tonos repetitivos que tanto nos gustan a los fans de Lungfish, Heuman construye movimientos más elaborados e intrincados. Gran disco que pasó injustamente desapercibido en su momento. Fans de Slint, Pajo, Lungfish seguramente disfrutarán con él.

Lo podeis comprar en la web de Thrill Jockey por 10 míseros dólares.

Human Bell
Human Bell 2

Barn Owl "Ancestral Star" (Thrill Jockey, 2010)



Barn Owl
"Ancestral Star"
(Thrill Jockey, 2010)

Este dúo de San Francisco formado en San Francisco en el 2006 me tiene loco. Evan Caminiti (guitarras, voces) y Jon Porras (guitarras, voces, baterías y teclados) practican una suerte de Americana minimalista, heredera tanto de John Fahey como de Earth. Excursiones mayormente instrumentales que se centran en la figura de la guitarra (tremolos, slides, delays por un tubo, drone...). Casi todas las canciones son desplegadas de forma parsimoniosa, estimulando la percepción lenta y progresivamente (y nunca, afortunadamente, en forma de ese odioso crescendo característico del post-rock). Hay mucho espacio en la música de Barn Owl y casi siempre el clima es bastante relajado, hipnótico, oscuro y sugerente. Es fácil imaginarse grandes espacios desérticos en los que el tiempo se ha detenido y la huella del hombre prácticamente no existe. Te imaginas a los planetas gravitando lentamente, a los cactus respirando.
Han publicado LPs en pequeños sellos experimentales que algunos de nosotros llevamos en nuestros corazones (Root Strata, Digitalis, Not Not Fun, Blackest Rainbow) y sus últimos discos han contado con el apoyo del sello de Chicago por excelencia, Thrill Jockey. "Ancestral Star" (Thrill Jockey, 2011) es una pequeña obra maestra que nadie que ame a los cactus y que odie a las personas debería dejar pasar.

Star

Bobby Conn "Rise Up" (Truckstop Records, 1998)


 Bobby Conn
"Rise Up"
(Truckstop Records, 2011)

Bobby Conn es uno de esos músicos que os decía el otro día que vive en su universo particular, aislado de toda escena musical y ajeno a los imperativos del hype que guía tanto la escena independiente como por supuesto la mainstream. Esto no impide que el peculiar músico de Chicago tenga una visión muy ambiciosa de su propio discurso musical que lleva más de diez años desarrollando sin que nadie le haga mucho caso.
Sin ningún género de dudas estamos ante uno de los genios más infravalorados de la prolífica escena de Chicago, con la que en cualquier caso no tiene absolutamente nada que ver. Todos sus discos estan bastante bien, pero "Rise Up" (1998) y sobretodo "The Golden Age" (2001) resultan particularmente inspirados, tanto conceptual como musicalmente. Hoy hablaremos del primero, "Rise Up".
Una manera de definir el trabajo de Conn sería catalogarlo como una mezcla de canción de protesta y de vanguardia. Él mismo comenta en las entrevistas que "todos sus discos critican de una manera u otra lo que sucede en los EEUU". Tampoco os penseis que sus canciones son una especie de actualización del legado de Pete Seeger o de Woody Guthrie es más bien que, por ejemplo, el tio escribe una canción sobre Tom Cruise y eso refleja un comentario político sobre la situación del país.
"Rise Up!", sin ir más lejos, es un retrato de la decadencia de la sociedad americana (la misma portada refleja un paisaje post-nuclear), y el concepto del album tiene mucha fuerza a lo largo de todo el minutaje. La producción de Jim O'Rourke está totalmente al servicio de la versatilidad del genio artístico de Bobby Conn, con una paleta de recursos expresivos de una variedad abrumadora: Zappa, cabaret, jazz, Curtis Mayfield, rock n roll, new wave, punk rock glamouroso (la impagable "United Nations")... Tanto a nivel de composición como de interpretación (flautas, clarinetes, saxos, sintes..), la personalidad artística de Conn se despliega con maravillosa complejidad y, en consecuencia, "Rise Up!" es un disco que cambia con cada escucha. Cualquiera que tenga problemas con las voces en falsetto, con los discos que cambian de género en cada canción y en general con todos aquellos frontmen que se pintan los ojos que se olvide de este disco. Para todos los demás, "Rise Up!" es una de esas extrañas obras maestras difíciles de clasificar. No os la perdais!

Conn 1
Conn 2

Cosas


(En la imagen, el compositor francés Luc Ferrari)

Mola tener tiempo libre y pensar cosas como: "Voy a aprovechar el tiempo y ponerme a escuchar cosas de Frank Zappa y también cosas de Musique Concrete". Cosas así como muy sesudas que mola ponerlas en los auriculares de noche y abrazar el sonido. Un disco de Bernard Parmegiani que va sobre el nacimiento del universo (existe un concepto más audaz y ambicioso?) y que lo peta mil. En fin, esto es lo que he estado escuchando estos días y seguramente aparecerá próximamente en Un Gran Follón:

Albert Marcoeur "Albert Marcoeur" (Atlantic, 1974)
Bernard Parmegiani "La Creation Du Monde" (M10, 1996)
Luc Ferrari "Far West News Episode 1" (Signature Radio France, 2002)
Barn Owl "Lost In The Glare" (Thrill Jockey, 2011)
Bobby Conn "Rise Up" (Thrill Jockey, 1998)
Bobby Conn "The Golden Age" (Thrill Jockey, 2001)
Magnetic Fields "69 Love Songs" (Merge, 1999)
Bassekou Kouyate & Ngoni Ba "I Speak Fula" (Sub Pop, 2010)
Frank Zappa "We´re Only In It For The Money" (Rykodisc, 1967)
Frank Zappa "Hot Rats" (Rykodisc, 1969)
Van Dyke Parks "Song Cycle" (Warner Bros, 1968)
Willie Evans Jr "Introduin´" (High Water Music, 2011)

+ Scratch Perry, toneladas de O'Rourke, Ali Farka Touré, AFX, Madlib...

Sparks



Sparks
"Propaganda"
(Island, 1974)

Los lectores de este blog que me conocen en persona saben de mi profunda aversión por el grupo liderado por Freddy Mercury, Queen (por supuesto, no es mi única fobia declarada, pero sí una de las que siento más intensamente). Pero como soy una persona abierta de miras y con un ying y un yang en perfecto equilibrio, no tengo ningún reparo en decir que Sparks suenan -remotamente- parecidos a Queen y, sin embargo, me gustan.
Quizá el disco más famoso de Sparks sería "Kimono My House" (Island, 1974), el fantástico disco que los hermanos Mael grabaron unos meses antes, pero a mí me gustan más en "Propaganda". Trece canciones de pop demente repleto de falsettos que te pueden joder el día si no estás preparado y con grandes arreglos que siempre suenan a tope de vitaminas (o de, ejem, cocaína). Supongo que se podría definir este disco como "Rock clásico", pero tiene un punto freaky demente que está muy conseguido. Las letras, por otro lado, no tienen ningún desperdicio y contribuyen a darle un toque arty-pop-farlopero al disco.
Ya llevo un tiempo obsesionado con este tipo de pop o lo que sea con producciones cuidadas que limitan con la orfebrería y el barroco (por culpa de Jim O'Rourke) y desde luego este disco encaja perfectamente entre esta serie de discos que básicamente suenan de cojones a pesar de que fueron grabados hace más de treinta años. Muy recomendado, tanto este disco como "Kimono My House".

Os lo podeis bajar de este blog.
O también lo podeis comprar a precio de chiste en Discogs