"Greenberg"



"Greenberg"
Dirigida por Noah Baumbach, 2010
Protagonizada por Ben Stiller, Greta Gerwig, Rhys Ifans

No sé si a vosotros os ha pasado lo mismo, pero con los años he ido desarrollando un sentimiento de odio profundo hacia el cine de Woody Allen. No me refiero a sus últimas pelis (no puedo hablar porque no las he visto), sino a sus obras más comúnmente admiradas (“Manhattan” o “Maridos y Mujeres”). Cuando empecé a ver cine me quedé fascinado con la intelectualidad que habitaba en las películas de Allen (gente que citaba Rilke y que iba a la filmoteca). Más tarde me di cuenta de que son personajes obsesionados con su propio ser que tienden a sobreanalizar las cosas (joder, no pueden dejar de hablar ni dos segundos?) y los sentimientos de una manera enfermiza. Gente que ha gozado del privilegio de tener una formación intelectual pero que sin embargo no lo ha aprovechado significativamente. Parece que el hecho de haber podido ir a la universidad sólo les haya servido para aumentar su autoconsciencia y su egocentrismo y su narcisismo. Una parte de la cultura americana y en consecuencia occidental ha desarrollado esa misma tendencia que a mi modo de ver inauguró Allen*: los comics de Jeffrey Brown, las canciones de Pedro The Lion o las pelis de Noah Baumbach son perfectos ejemplos de esto que digo.
El personaje central de “Greenberg” (excelentemente interpretado por Ben Stiller) vive en una especie de bloqueo existencial, agobiado por sentimientos de miedo, inseguridad, vulnerabilidad y fragilidad. A todo esto hay que añadirle que es un tio de alrededor de 40 años y ya sabemos que el paso del tiempo también es una excelente excusa para que la gente se caliente los cascos (y de paso nos los caliente a los demás) y remugue y despotrique. Los personajes que van apareciendo alrededor de la figura central parecen igual de perdidos que Greenberg, viven las relaciones interpersonales de manera caótica y no parecen tener dirección en la vida, aunque algunos lo intenten más que otros. En este sentido se podría leer “Greenberg” como un intento de retratar a los que no encajan dentro del Sueño Americano más convencional, pero a estas alturas necesitamos más que eso de una película de cine independiente. Los personajes caen gordos porque proyectan narcisismo en lugar de empatía, no saben comunicarse y están demasiado pendientes de sí mismos, de si están tomando las decisiones correctas, etc.. Supongo que eso es lo que le sucede a una sociedad cuando la gente (una parte de ella, esto es) tiene sus necesidades básicas satisfechas; nos ponemos a pensar tanto sobre las relaciones interpersonales que nos olvidamos de vivirlas. La hiperracionalización de nuestra existencia conduce a la catatonia emocional. Triste, verdad?
No diría que “Greenberg” es una mala película, pero más allá del relativo valor antropológico que tiene en sí misma (dentro de 50 años alguien mirará esta peli y se hará una idea de cómo vivía una parte de la gente blanca que tiene dinero y formación universitaria en una de los más grandes núcleos de población de EEUU), falla al no respetar una regla fundamental: el protagonista no puede caer mal al espectador. Es verdad que el personaje sigue una evolución a lo largo del metraje , pero en general dan ganas de pegarle un par de yoyas y decirle “Espabila, que no estamos tan mal!”. El director falla en el intento de que acabemos sintiendo compasión de un personaje como el antihéroe que interpreta Stiller. En fin, si os gustan las pelis que no parecen comedias románticas pero que al final resulta que sí lo son, en las que los protas han ido a la universidad, tienen perros, se fuman un porro muy de vez en cuando, hablan a través de teléfonos móviles de última generación y que, a pesar de tenerlo todo, están tristes, “Greenberg” es vuestra película.



*Habrá quien dirá que eso lo empezó Bergman –una de las grandes influencias de Allen-, pero en mi opinión Bergman tiene un discurso muchísimo más profundo a nivel intelectual.