Battleship



Battleship
"Hearts Addendum"
(On/On Switch, 2006)

Uno de los discos más ultra-underground que tengo es el de Battleship, una banda de Oakland a la que tuve el honor de ver tocar en directo hace unos cuatro años. Me he acordado de ellos porque el otro día estuve en casa de un amigo que tenía el mismo disco y me hizo gracia (Mutilados Por la Música Inc.). Me puse a buscar cosas sobre ellos en la red y no encontré una mierda. Siempre siento una simpatía inmediata por cualquier cosa que no tiene su hueco en Google, así que esta entrada es un pequeño homenaje a una de las más oscuras bandas punks que jamás hayan pisado territorio español.

Battleship se formaron en San Francisco a mediados de las década del 2000 y sus cuatro miembros habían tocado antes en grupos que sólo despuntaron a nivel local y por los que nunca nadie dará dos mierdas ni pedirá que se reúnan (Hatemail Express, Gris-Gris). Sacaron dos discos y un single y están inactivos desde hace un par de años. Yo los pude ver en la única gira que hicieron por Europa, que los llevó a la bonita localidad de Sant Feliu de Codines (aka Santfecos), dónde parte de la audiencia se gana la vida trabajando de leñador (verídico) o en el matadero de la zona (no comprobado, pero verosímil). Desplazarse hasta Santfecos un dia entre semana manda cojones, pero eso es lo que hemos hecho mi amigo y yo más de una y de dos veces, con bonitas recompensas que nos hemos llevado a cambio. Los conciertos allí pueden ser un poco fríos, sí, pero eso no impidió que Battleship ejecutasen un chou de los que te vuelan la cabeza, de esos que dan la sensación de que el grupo toca por necesidad, en plan terapia de liberación de sentimientos negativos. Da igual que haya ochenta personas que ocho. El batería llevaba una muy poco elegante bandana en la cabeza, el guitarra era un tio oriental con un cierto sobrepeso que tocaba como si no tuviera ni puta idea disparando pedales cada dos por tres (y rockeando fuertemente en el proceso) y el cantante se llamaba Aleks y cantaba como si a un niño de trece años borracho le hubieran regalado una caja de petardos. Un cruce entre Jesus Lizard, Monorchid y Ex Models, todo bueno (se ve que en Maximum Rocknroll se hacían pajas con el grupo). La clase de música que se escucha un sábado por la noche y nunca un domingo por la mañana.
Esperemos que un día se junten de nuevo y vuelvan por aquí, pero en el fondo da igual porque yo me acuerdo de cuando vinieron y sólo con ese recuerdo ya me está bien. Además puedo escuchar los discos, subir el volumen y ver lo que pasa dentro de mí. Otra vez.

Hearts Addendum