Melvins
Melvins
“Hostile Ambient Takeover”
(Ipecac, 2002)
El pasado sábado por la noche fui vilipendiado públicamente por mi afición a los Modernos Sonidos del Dubstep (algo que, por otro lado, vengo padeciendo con cierta frecuencia en mi entorno más inmediato). Sí. Edu de Furguson se aprovechó de que es el cantante de un grupo y de que puede decir cosas por un micrófono que amplifica el sonido y dijo, delante de todo el mundo y de mí, que ponía demasiados discos de Dubstep en el blog. Otros allegados comentaron que parecía que algún espíritu maléfico y aficionado a los MS del D se había apoderado de mis facultades y patatín y patatán. Bien, he decidido poner fin a esta campaña de acoso y derribo y qué mejor manera de hacerlo que hablando de los Melvins. Los hijosdeputa seguirán hablando, pero al menos ahora no será a costa de los MS del D. En fin. Que empiece la Semana Grande de los Ms.
Amo a los Ms más que a mis pies, más que a la Nocilla. Hasta hace relativamente poco pensaba que los Beatles eran el mejor grupo de la historia desde un punto de vista lo más objetivo posible: publicaron una obra discográfica realmente asombrosa (no leáis las letras, si eso) en un periodo de tiempo ridículamente corto. “Los-Beatles-son-el-mejor-grupo-que-jamás-ha-existido” se convirtió en un lugar común en mi cambiante manera de pensar (la cosa tiene mérito) y estaba convencido de que ese axioma estético me acompañaría por siempre jamás. Pues tócate los cojones, ya no pienso que sean los Beatles. Pienso sinceramente que son los Ms (las implicaciones que tiene a nivel psicoanalítico este cambio en mi escala de valores supongo que no me dejan en buen lugar, pero bueno). Llevo unos tres años sumergido en el Maravilloso y Extraño Mundo de King Buzzo y sus Muchachos y he disfrutado cada jodido segundo como no me había pasado con ninguna otra banda. Discos y más discos. Videos en youtube. Entrevistas. Caras B. Integridad creativa y una inalterable tendencia a tocar los cojones. Conciertos (antológico pase en la sala Apolo el invierno pasado). Extraño sentido del humor. Fealdad estética, peinados acrobáticos. Letras oscuras que rehuyenlos tópicos. Títulos de canciones, portadas. Túnicas naranjas. No sé, hay un millón de cosas que me gustan de los Melvins. Sin ir más lejos, ayer estaba leyendo una entrevista con Buzz Osbourne (un señor que, por ejemplo, ha sido comentarista político en Fox News) y va el tio y suelta que los Melvins son como Black Sabbath tocando canciones de Captain Beefheart con Lenny Bruce a las voces. King Fucking Buzzo, unos amigos. Unos amigos, King Fucking Buzzo.
“Hostile Ambient Takeover” (Ipecac, 2002) me parece un buen disco para empezar a hablar de los Ms y además es una buena introducción al grupo si no los conoceis. Al igual que “Stag” (Atlantic, 1996), este LP se caracteriza por una variedad estilística que a mi modo de ver ha marcado la carrera de los de LA. No es habitual que una banda que ha crecido escuchando punk y metal sea tan inquieta creativamente, pero los Ms se salen del guión muy a menudo. El canon dice que el disco por el que hay que empezar es “Stoner Witch” (Atlantic, 1994), sólo porque es su LP más orientado a la radio (aunque contiene grandísimos momentos no me parece un disco representativo). Vosotros mismos. “Hostile Ambient Takeover” es the real deal.
El disco que hace número 16 en la carrera del grupo se abre con un solo de batería de unos treinta segundos de duración que es la risa (parece una toma de una prueba de sonido) y a continuación el oyente se lleva el primer bofetón: el riff que abre “Black Stooges”, una canción que –al igual que “Little Judas Chongo” (sialguna vez tengo un hijo le pondré este nombre) o “The Fool, The Medding Idiot”- encaja perfectamente con la idea que uno tiene de los Ms (sludge metal, grunge, “Rasca y Pica” tocando canciones de Flipper.. da igual): vaya, ni más ni menos que lo que el mundo occidental aprendió a disfrutar en su disco más conocido, “Houdini” (Atlantic, 1993), y que constituye la faceta más fácilmente categorizable (o Popular 1esca, si me permitís) del grupo. Otros momentos se apartan de ese cliché, los más memorables de los cuales serían el alocado psychobilly de “Dr Geek” y los amenazantes 16 minutos de “The Anti Vermin Seed”, en la que King Buzzo demuestra su expresividad y personalidad a las voces (faceta que explotaría con mayor profundidad en “The Bootlicker” (Ipecac, 1999). Un cierre hijoputesco y extraño a más no poder, pero que ayuda a darle una dimensión conceptual al disco que no tienen las obras de, digamos, Linkin Park. Se conoce que King Buzzo es un gran aficionado al cine y que se toma la grabación de los discos como si fueran una peli, con su propia dinámica interna que hay que ir construyendo a base de pequeños detalles (algo que han conseguido hacer de maravilla en su último disco, “The Bride Screamed Murder”).
“Hostile Ambient Takeover” (no me digáis que no es un título cojonudo) fue el primer disco del grupo producido por Toshi Kasai. Fue grabado en 8 pistas, un dato realmente sorprendente si tenemos en cuenta lo espaciosas que suenan las baterías de Su Majestad Dale Crover, lo brillantes que suenan las guitarras, etc..
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