Discos que no son de ahora pero da igual #34: Red House Painters



Red House Painters
"Red House Painters"
(4AD, 1993)

Mark Kozelek tuvo el honor de ser una de las figuras creativas más importantes de mi tardo-adolescencia. En muy poco tiempo publicó tres discos que me impactaron profundamente y que me hacían sentir cómodo en mi catatonia emocional. Los discos de Red House Painters eran un refugio al que acudir. Un gran tópico (el del refugio, digo) con el que millones de adolescentes se han sentido retratados, a lo largo de generaciones de aficionados a la música popular: The Smiths, Nick Drake, The Cure, Simon and Garfunkel... you name it. Había otros grupos que me hacían sentir acompañado cuando la Melancolía me atrapaba (Seam y Codeine, mayormente), pero Red House Painters eran El Grupo Melancólico por excelencia. Con el tiempo, Kozelek se ha ido acercando progresivamente a su admirado Neil Young, en el sentido de que sus discos ya no suenan a "Discos-para-gente-que-no-entiende-esto-que-llamamos-Vida". Los discos de Sun Kil Moon siguen conteniendo grandes canciones, excelentemente interpretadas, pero no tienen ese aura confesional que caracterizaba sus primeros discos.

De la trilogía que el amigo Kozelek publicó en poco más de un año, el tercero fue el que menos repercusión crítica obtuvo en su momento y en general es un disco bastante poco valorado. De los dos discos que llevaban por título el nombre del grupo, el segundo (también conocido como "Bridge", por la preciosa foto que ilustra la portada) no fue tan bien recibido y durante años yo lo dejé catalogado como el hermano menor del inmenso "Red House Painters" (también conocido como "Rollercoaster", ya sabeis por qué). No fue hasta que hube "quemado" el de la montaña rusa que me puse con el del puente y descubrí su verdadera dimensión. Ayer volví a escucharlo después de muchos años y me pareció igual de bueno que cuando lo escuché por primera vez. Estoy seguro de que habrá gente que escuchará este disco dentro de cincuenta años, igual que habrá gente que escuchará "Either/Or" de Elliott Smith o "Starsailor" de Tim Buckley. Etcétera. Ayer me di cuenta escuchándolo de que la canción que más me gusta de Red House Painters es "Evil", los majestuosos siete minutos que abren un disco más oscuro y con arreglos más experimentales que su predecesor. También contiene dos composiciones perfectas, cumbres del catálogo Kozelekiano (?): "Bubbles" y "Uncle Joe". Un par de versiones ("The Star Spangled Banner" y "I Am A Rock") interpretadas de manera totalmente personal, recurso al que Kozelek acudirá a lo largo de toda su carrera posterior.
De disco menor, nada.


Puente